Bazofia agradable

martes, 11 de octubre de 2011

¡Luces, cámaras y ACTION!

Son las 12:00 de la mañana y ahí está Antonia enfilando la esquina de su calle con su carrito de la compra y su vestido estampado de flores. Cualquiera diría que a sus 72 años, sus tobillos hinchados, sus varices, sus codos apergaminados y enrojecidos  y su cabello plateado,   podría seguir tirando de su pesado carrito pero ahí está, es una abuela de acero.

Una vecina la saluda desde su balcón - ¡Doña Antonia!,  ¿necesita ayuda con eso? - a lo que ella estirando el arrugado pescuezo hacia arriba responde – No hija no, no pesa nada -. Además Doña Antonia ya ha llegado a su portal y está sacando la llave del bolso para abrir la puerta, la introduce en la cerradura, la hace girar y ya está dentro del zaguán. Atraviesa el estrecho pasillo de paredes grisáceas y haciendo un extraño se detiene delante de los buzones del edificio, parece que hay algo dentro del compartimento, otra vez extrae las llaves de su bolso, abre la compuerta y extrae el sobre impreso con el logotipo de una cadena de televisión nacional. Ella sonríe nerviosa y abre el sobre en ese mismo instante ¡qué gran sorpresa!, ha sido seleccionada para asistir como público al programa del corazón de moda y la fecha es mañana, tiene que organizarlo todo...

En frente del edificio donde se encuentra el plató de televisión, una larga cola de señoras risueñas portando sus mejores alhajas espera mientras las dejan pasar una a una, Antonia situada por la parte central de la fila porta su carrito de la compra, - ¿Qué llevas ahí Antoñita? – le pregunta una vecina que también acude al evento,  -Es un cuadro que he pintado para el presentador, se lo quiero dar mientras hacen el programa, a ver si me dejan saludar a mis hijas que están las dos trabajando en Madrid -, la otra señora asiente y sonríe, - Mi cuñada le trajo al presentador una botella de vino de su tierra, es de La Rioja, sabe usted -. En ese momento parece que la cola avanza y el chico que distribuye al público y reparte los bocadillos, que extrae de una caja de cartón colocada sobre una silla, le dice a Antonia que desgraciadamente el carrito no puede entrar al graderío, ella explica que es un regalo y que le gustaría mostrarlo durante la grabación del programa y saludar a sus hijas, el joven sin echar demasiada cuenta lo comunica al encargado y este decide que puede ser interesante y le dará un punto de lo más dulce a la gala, una pobre anciana sacando su regalo de un carrito de la compra con el que ha venido cargando desde su triste barrio marginal.

Comienza la emisión del programa y los colaboradores se acomodan en sus asientos de diseño de dudoso gusto, Antonia observa atónita a todas esas “estrellas” mediáticas que tantas veces ha contemplado a través de su pantalla. Pero de repente el presentador empieza a subir lentamente la escalera de la grada, mirando siempre a la cámara con su sonrisa dulzona como ridiculizando el momento que llega, se coloca al lado de Antonia, - ¿Así qué nos ha traído un regalo verdad, señora? -. Ella sin mediar palabra se agacha, mete la mano en su carrito y saca un fusil AK-47 – Sí, te he traído un regalito, hijo de puta.-