viernes, 8 de junio de 2012

A por ellos!!! OE!!!


Juan Luis, más conocido entre los amigos como “Coki”, no por su afición a las drogas de diseño sino porque tiene una protuberancia lineal en el centro de la cabeza que le va desde el hueso frontal de la misma hasta el occipital de la cual ninguno de sus amigos se habría dado cuenta si no fuera porque él insiste en raparse la cabellera. Su apodo se ha vuelto tan usual que hasta su madre lo llama “Coki”, cosa ya triste de por sí para un hijo que ve perdida toda su identidad como ciudadano y persona respetable.

Como decíamos “Coki” que ahora pasará a llamarse simplemente Coki, ha quedado esta tarde de sábado en casa de unos amigos para tomar unas cervezas y quién sabe si para acabar saliendo por la noche.

Coki llega al piso de su colega, sube por la escalera, y antes de llamar a la puerta escucha mucho jaleo en la vivienda… ¡¡¡parece que todos sus colegas están allí!!! ¡¡¡Esta noche sale, seguro!!!
Le abre la puerta su amigo Manuel “Peta”, no por su afición a las drogas blandas sino más bien porque tiene una moto reventada a la que bautizó con dicho nombre, una moto de esas con el escape rajado adrede para molestar a los vecinos. El “Peta” está solo en casa este fin de semana así que se ha reunido allí a lo más granado de la sociedad.
- Chavales, que el Coki está aquí - grita el Peta a los amigos que están en el salón sentados y riendo.
- Pues dile que no está invitado – Suena una voz desde el interior seguida de una carcajada grupal.
- Coki tio, no estás invitado – dice el Peta. Seguidamente le cierra la puerta en las narices.

Coki vuelve a llamar humillado, siempre es objeto de todas las bromas y las collejas, sobre todo del “Selu”, el muy gilipollas ni siquiera tiene un mote, tan solo una acotación de su nombre compuesto, ¡qué payaso!
Peta le vuelve a abrir la puerta y le deja pasar diciendo - ¡Qué es broma, atontado!

Coki se sienta en uno de los sofás, se toma unas cervezas y ve como los demás se ríen y disfrutan fumándose un porro. A lo que al elocuente “Selu” comenta:
-         - ¿Nos echamos un Pro?
Todos sonríen y vitorean la idea del Selu. ¡Hostia, una liguilla!, dice uno. Mientras que Coki se levanta sigilosamente y se dirige hacia la cocina, coge un cuchillo de hoja grande y vuelve al salón.
Mientras unos encienden la consola y otros se reparten los mandos, Coki aprovecha para rebanarle el cuello a Selu por la espalda.
-    - ¿Cuántas veces os tengo que decir que no me sé los controles?- grita Coki, mientras observa los rostros asustados de sus “amigos”.

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