Un pésimo estudiante… eso es lo
que era, aunque con el tesón que él le puso conseguí terminar el colegio e incluso
una carrera universitaria. Mi padre.
Lo teníais que haber visto
(sufrido), preguntándome la lección cuando volvía del trabajo. Ese hombre que
solo quería llegar a casa tras un día agotador, cenar con su dueña y señora
esposa, y ver a sus cuatro vástagos jugueteando en la alfombra. ¡Pero no!, ahí
estaba yo con mi mueca de disgusto para empatizar en la medida de lo posible
con él antes de la consabida bronca por no haberme estudiado lo acordado.
A veces huía y me escondía hasta
que llegaba la hora de cenar y tenía que aparecer por la cocina, era entonces
cuando se acordaba… - Ve a buscar el libro para que te “tome la lección”
(expresión que quedó grabada en mi cerebro a fuego).
Nunca me sabía nada, todo lo
intentaba memorizar en los minutos previos a su llegada cuando ya salvar la
situación era una quimera que yo me resistía a no creer.
Notitas de mis profesores,
expulsiones del aula, faltas de conducta, exámenes suspensos, mentiras… un
potencial fracaso escolar que pintaba mal con tan solo 13 ó 14 años.
Las calificaciones finales
trimestrales (conocidas como “las notas”) que los profesores nos entregaban los
viernes, la mala hostia de los centros educativos de entregar las notas en San
Viernes, daban vueltas en mi mochila hasta que llegaba el lunes y decidía
entregárselas a mi padre para que las autografiara. En mi casa esos cuatro días
del año eran todo un evento, el aire se podía cortar, la tensión se podía
masticar, era como un poblado del lejano oeste. Mis hermanos cerraban las
puertas a mi paso temerosos del duelo
que tendría lugar en las zonas comunes del inmueble mientras escudriñaban desde
el otro lado para ver como se desenvolvía el lance.
Recuerdo que una vez me supe un
tema de no sé qué asignatura cutre (sociales, naturales…) y mi padre fue al
videoclub y me alquiló una de mis películas favoritas de mi juventud, Una Pandilla
Alucinante.
Mi padre, que en aquella época me
parecía mi más feroz antagonista, se declara hoy en día uno de mis más, sino el
más, fervientes aliados.
Si escribes más a menudo voy y te alguilo Chicos Monsters
ResponderEliminarMiguel.... la tabla del seis!!! :S
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